Feminicidios de influencers: La creciente violencia de género que amenaza a mujeres en redes sociales

Feminicidios de influencers: La creciente violencia de género que amenaza a mujeres en redes sociales

En México y América Latina los feminicidios han alcanzado a mujeres que se dedican a ser influencers en redes sociales, exponiendo ante la mirada pública un preocupante patrón de violencia de género. Casos como el de Cindy Elizabeth “La Barbie Regia”, asesinada en Monterrey, y Vielka Pulido en Puebla, evidencian el odio y la misoginia enquistado en la sociedad. Estas mujeres, populares en plataformas como TikTok e Instagram, se convirtieron en blanco de ataques brutales, en un contexto donde la objetivación y la violencia digital hacia las mujeres sigue en aumento.

En un contexto de creciente misoginia en las redes sociales, los feminicidios de mujeres que se dedican a ser influencers exponen una alarmante realidad: las plataformas digitales no solo se han convertido en una herramienta de expresión, sino también en un espacio donde las mujeres enfrentan amenazas constantes. Estos crímenes, marcados por la brutalidad y el odio, evidencian cómo la objetivización de las mujeres y el machismo siguen alimentando la violencia de género.

El asesinato de Cindy Elizabeth, conocida como «La Barbie Regia», ocurrido el 4 de octubre de 2024, conmocionó a Monterrey, Nuevo León puso en la mira nuevamente la vulnerabilidad que enfrentan las mujeres en el ámbito digital. Cindy fue encontrada sin vida en su departamento, atada y con signos de violencia, lo que apunta a un feminicidio. Su cuerpo fue descubierto por la encargada de la estancia infantil a la que asistía su hijo, quien, alarmada por la ausencia de la influencer, acudió a su domicilio solo para hallar la puerta abierta y la trágica escena.

Cindy no es un caso aislado. La brutalidad con la que se han atacado a otras mujeres en México y Latinoamérica, como Vielka Pulido en Puebla y Asneydi García Garzón en Ciudad de México, subraya un patrón de violencia contra mujeres visibles en redes sociales. Pulido, de 21 años, fue asesinada junto a su pareja a las afueras de un gimnasio en abril de 2024, mientras que Asneydi, una tiktoker colombiana de 26 años, fue hallada sin vida en su departamento en agosto del mismo año.

Estos feminicidios han ocurrido en un contexto en el que las influencers son víctimas frecuentes de acoso cibernético, una forma de violencia psicológica que las deshumaniza y las reduce a simples objetos de deseo o desprecio. Las amenazas de muerte y los comentarios denigrantes en línea no son incidentes aislados, sino parte de una estructura de violencia.

Karla Pardini, tiktoker de Culiacán, fue asesinada en septiembre de 2022 en un ataque directo. El agresor la citó a través de una llamada telefónica antes de acabar con su vida. De igual forma, Dulce Cristina Vaca, otra creadora de contenido, fue asesinada en marzo de 2024 por su pareja sentimental en San Luis Potosí, un acto de violencia doméstica que no fue el primero registrado en su hogar.

La situación no se limita a México. En Brasil, la influencer y jugadora de e-Sports Ingrid Oliveira, conocida como «Sol», fue asesinada a puñaladas por un compañero de juego en 2021. El agresor confesó haberlo hecho «porque quise», una declaración que refleja una violencia calculada y fría, impulsada por el deseo de controlar y destruir a una mujer que destacó en un espacio predominantemente masculino.

El papel de las redes sociales en la vida de estas mujeres las convierte en blancos vulnerables de la misoginia. La visibilidad que les da su trabajo como influencers no solo les proporciona una plataforma, sino que también las expone a un nivel de acoso que puede tener consecuencias fatales. En muchos casos, las amenazas y el acoso no son tomados en serio por las autoridades, lo que deja a estas mujeres desprotegidas frente a sus agresores.

Estos feminicidios son la manifestación extrema de una violencia sistémica que afecta a todas las mujeres, especialmente a aquellas que deciden ocupar espacios públicos, ya sea en línea o fuera de ella. Las plataformas digitales tienen una responsabilidad en la creación de entornos seguros para sus usuarias, mientras que los gobiernos y las autoridades deben tomar en serio las denuncias de acoso y violencia contra las mujeres.

La objetivización de las mujeres y el machismo que florecen en las redes sociales son el caldo de cultivo de la violencia contra las mujers. Los feminicidios de influencers como Cindy Elizabeth, Vielka Pulido, Karla Pardini, y tantas otras, nos recuerdan que la lucha por la igualdad de género y la erradicación de la violencia contra las mujeres aún tiene un largo camino por recorrer, tanto en los espacios físicos como en los virtuales.

La respuesta a esta problemática debe ser integral, desde la educación para eliminar estereotipos de género, hasta el fortalecimiento de las leyes que castigan el feminicidio y otras formas de violencia. Asimismo, es crucial que se fomente una cultura de respeto y seguridad en redes sociales, donde las mujeres puedan ejercer su libertad de expresión sin miedo a ser agredidas o asesinadas.

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