La noche del sábado 16 de noviembre, una explosión seguida de un destello iluminó el cielo en Tuxtla Gutiérrez y municipios cercanos, como San Fernando, Berriozábal y San Cristóbal, generando alarma entre la población. El fenómeno fue atribuido a la entrada y explosión de un bólido, un meteoro que se desintegra al ingresar a la atmósfera, produciendo luz y vibraciones perceptibles en la superficie.
El Club Astronómico Jatamatza informó que el evento ocurrió a las 22:02 horas y explicó que el bólido explotó a una altura estimada de entre 15 y 20 kilómetros, generando una onda expansiva que hizo vibrar puertas y ventanas en varias localidades. El fenómeno fue capturado en video por el Dr. William Vázquez Morales, profesor investigador de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas y miembro del club astronómico, quien documentó el momento y compartió las imágenes en redes sociales.
Explicación del fenómeno
El Club Jatamatza destacó que, a diario, ingresan a la atmósfera terrestre fragmentos de roca y basura espacial, desde el tamaño de un grano de arroz hasta objetos comparables a un automóvil. Al entrar a gran velocidad, el calor generado por los gases atmosféricos hace que estos fragmentos se incendien y desintegren, dando origen a meteoros, comúnmente conocidos como «estrellas fugaces».
Los objetos más grandes, conocidos como bólidos, brillan intensamente como «bolas de fuego» y, al no desintegrarse por completo, pueden explotar en el aire. Esta explosión genera un estruendo acompañado de una onda expansiva que, dependiendo de la altitud, puede ser perceptible en tierra. Si un fragmento del objeto logra impactar en la superficie, se le denomina meteorito, y dependiendo de su tamaño, puede causar daños importantes o incluso sismos locales.
En este caso, Jatamatza confirmó que el fenómeno en Chiapas correspondió a un bólido que explotó en el aire, sin causar daños en tierra.
Antecedentes históricos de bólidos
El Club Astronómico citó ejemplos de bólidos documentados en la historia:
– Tunguska, Rusia (30 de junio de 1908):** Un asteroide causó la mayor explosión registrada, derribando árboles en un área de 2,150 km².
– Chelyabinsk, Rusia (15 de febrero de 2013):** Un superbólido de 18 metros de diámetro y 11,000 toneladas se desintegró a 20 km de altura. Su explosión liberó energía equivalente a 440 kilotones de TNT, provocando daños materiales y heridas a más de mil personas por el impacto de vidrios rotos.
Un recordatorio del cosmos
Eventos como el de Chiapas, aunque infrecuentes, son recordatorios de la interacción constante entre la Tierra y el espacio. Especialistas como el Dr. Vázquez Morales instan a observarlos con curiosidad científica y no con alarma, destacando que la mayoría de estos fenómenos no representan un peligro significativo para la humanidad.