Los 13 trabajadores que habían sido secuestrados hace una semana en la mina de oro Poderosa, ubicada en la provincia de Pataz, en el norte de Perú, fueron hallados sin vida este domingo. Los cuerpos fueron encontrados maniatados y con disparos en la cabeza y el cuello al interior de un socavón del yacimiento, presuntamente ejecutados por sicarios ligados a la minería ilegal, según reportaron medios locales que citaron a fuentes del Ejecutivo y a familiares de las víctimas.
La Policía Nacional del Perú (PNP) informó que los cuerpos están siendo recuperados del lugar. Medios locales difundieron un video en el que se observarçia a los secuestradores, disparar a quemarropa a los trabajadores. Sus cuerpos fueron hallados en el mismo punto del socavón.
Las víctimas habían sido contratadas por la empresa R&R, propiedad de un minero artesanal que mantiene un contrato de explotación con la minera Poderosa, una de las principales compañías de extracción de oro en la región. La empresa confirmó que los trabajadores prestaban servicios de seguridad en la zona y denunció que fueron secuestrados por criminales asociados a la minería ilegal.
En un comunicado, Poderosa expresó su «Esta semana, en un acto que pone en evidencia el terrible deterioro de las condiciones de seguridad en Pataz, mineros ilegales coludidos con criminales, secuestraron a 13 trabajadores que brindaban servicios a un minero artesanal con quien Poderosa mantiene un contrato de explotación.
«Este lamentable evento se produjo luego de que los criminales atacaran la operación del minero artesanal para tomar control de la misma. Minera Poderosa expresa su profunda preocupación y solidaridad con las familias de las víctimas, lamentando que el clima de violencia continúe escalando en la región, afectando a quienes desarrollan sus actividades laborales en la zona.
«Esta situación se da a pesar de la declaratoria del estado de emergencia en Pataz y la presencia de un importante contingente de efectivos policiales y del ejército», afirmó la empresa.
El hecho ocurrió luego de que un grupo armado atacara la operación del minero artesanal con el objetivo de tomar el control del área. Según la familia de Darwin Javier Coveñas Panta, una de las víctimas, los trabajadores habrían acudido al lugar con la intención de desalojar a presuntos mineros informales, lo que habría desencadenado un enfrentamiento armado.
En los días previos al hallazgo de los cuerpos, se identificó como víctimas del secuestro a: Nilver Joel Pérez Chuquipoma, César Rospigliosi Arellano, Frank Jesús Monzón Valeriano, Jhon Cristian Facundo Inga, Franklin Vicente Facundo Inga, Josué Carbonell Beltrán, Alexander Domínguez, Juan Ñaupari Salva y el propio Coveñas Panta.
Familiares y compañeros de las víctimas alertaron a medios sobre el sitio donde estarían retenidos. Según sus denuncias, una persona identificada como «Cuchillo, habría secuestrado a los mineros y los habría traladado a una mina de una persona llamada «Galindo».
La PNP, que lideró la operación de rescate con apoyo de rondas campesinas, negó que los secuestradores hubieran exigido algún tipo de rescate. El general Guillermo Carlos Llerena Portal aseguró que el operativo no se detuvo hasta localizar a los mineros, y reconoció la colaboración de las rondas para ingresar a los socavones.
Sin embargo, el gobierno de la presidenta Dina Boluarte había expresado dudas sobre la veracidad del secuestro. El ministro Gustavo Adrianzén señaló el pasado miércoles que no había denuncias formales y cuestionó la autenticidad de los reportes.
“La propia empresa ha descartado que se trate de sus trabajadores. Nos preocupa que esta información sea cierta. Sin embargo, nuestros órganos y cuerpos de seguridad han estado actuando en Pataz y no tienen noticia que el suceso que se informó ayer (29 de abril) sea veraz. No hay ninguna denuncia hasta el momento”, declaró en conferencia de prensa.
Con información de EFE.