Con la ofensiva militar estadounidense e israelí en marcha y la entrada oficial de Yemen al conflicto, el panorama geopolítico en Medio Oriente se ha vuelto explosivo. El ayatolá Jamenei, consciente de la gravedad del momento, ha optado por acelerar la transición del liderazgo religioso y militar en Irán, mientras Washington intenta evitar una guerra regional a gran escala. La clave, según analistas, será contener la tensión antes de que la cadena de represalias se torne irreversible.
El líder supremo de Irán, ayatolá Alí Jamenei, tomó medidas excepcionales para asegurar la continuidad del régimen islámico en medio de la mayor ofensiva militar extranjera contra su país desde la guerra Irán-Irak en la década de 1980. Según reveló The New York Times, Jamenei ha designado tres clérigos de alto rango como posibles sucesores y reorganizó la cadena de mando militar, previendo la pérdida de sus principales lugartenientes.
La decisión ocurre tras una semana de ataques liderados por Israel y Estados Unidos, que alcanzaron infraestructura militar, civil y nuclear iraní. El sábado por la noche, el presidente estadounidense Donald Trump confirmó que su país bombardeó tres instalaciones nucleares en Irán —Fordo, Natanz e Isfahán— en coordinación con el gobierno israelí. El mandatario afirmó que su objetivo era “destruir la capacidad de enriquecimiento nuclear de Irán y detener la amenaza nuclear que representa el principal patrocinador del terrorismo a nivel mundial”.
“ Habrá paz o habrá tragedia para Irán, mucho mayor de lo que hemos visto en los últimos ocho días. Recuerden, quedan muchos objetivos”, advirtió Trump en su discurso televisado desde la Casa Blanca.
Una sucesión anticipada y un mensaje al régimen
De acuerdo con funcionarios iraníes citados por The New York Times, Jamenei, de 86 años, teme que tanto Israel como Estados Unidos intenten asesinarlo. Aunque vería ese destino como un «martirio», ha solicitado a la Asamblea de Expertos que, en caso de fallecer, elija con rapidez a su sucesor de entre los tres nombres que él mismo ya ha proporcionado, con el fin de evitar un vacío de poder durante el conflicto.
A diferencia de lo esperado, su hijo Mojtaba Jamenei, clérigo y figura influyente vinculada al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, no figuraría entre los candidatos.
El conflicto se expande: Yemen declara la guerra a EU e Israel
El conflicto dio un giro regional cuando Yemen anunció oficialmente su entrada en la guerra junto a Irán. En declaraciones difundidas por el diario Tehran Times, el general de brigada Yahya Saree, portavoz de las Fuerzas Armadas de Yemen, declaró:
“Yemen entra oficialmente en la guerra contra Estados Unidos e Israel. Mantengan sus barcos alejados de nuestras aguas territoriales”.
La declaración fue acompañada por una advertencia militar oficial que acusó a Israel de buscar desestabilizar toda la región, con el “pleno respaldo de Estados Unidos”, mediante ataques en Gaza, Líbano, Siria y otros países árabes e islámicos.
El contraataque de Irán y la escalada regional
En respuesta a los ataques iniciales, Irán ha lanzado misiles contra objetivos israelíes, incluidos un hospital, una refinería de petróleo en Haifa, viviendas y edificios religiosos, según The New York Times. El bombardeo estadounidense del sábado marcó una expansión significativa del conflicto y dejó en evidencia la fragilidad de la situación regional.
La corresponsal de BBC, Nomia Iqbal, advirtió que la participación de EU en este conflicto eleva el riesgo de una guerra regional más amplia en Medio Oriente.
Además, según análisis de Caroline Zier, especialista del Atlantic Council, evitar una escalada dependerá de si la Casa Blanca logra contener a Israel, ya que históricamente “en el singular caso de Israel, el socio más pequeño podría superar los esfuerzos estadounidenses por desescalar la situación si no se toman medidas adicionales deliberadas”.
“Irán no desea una guerra abierta contra Estados Unidos. Por esta razón, Irán ha recurrido históricamente a su red de aliados, compuesta por Hezbolá, Hamás, los hutíes y milicias chiítas, para realizar ataques indirectos y a pequeña escala contra las fuerzas e intereses estadounidenses. Esto ayuda a explicar por qué Israel quiere ahora aliarse con Estados Unidos, indicando a Irán que un ataque contra Israel es un ataque contra Estados Unidos. El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, y funcionarios iraníes le han seguido la corriente, afirmando que Estados Unidos es cómplice. Esto podría estar dirigido al público iraní y ser una advertencia para que Estados Unidos controle a Israel.”, subrayó Zier.