El perro gordo de Texcoco: viralidad, ternura y microcelebridad urbana

El perro gordo de Texcoco: viralidad, ternura y microcelebridad urbana

El perro gordo de Texcoco, un mestizo callejero color café y hembra, se volvió viral desde agosto de 2025 gracias a su ternura y humor en redes sociales. Con más de 500 reseñas y cinco estrellas en Google Maps, atrae visitantes, inspira TikToks y se utiliza incluso para promocionar apps de geolocalización. Su popularidad refleja cómo la comunidad emplea personajes animales como válvulas de escape afectivas frente a la violencia e inseguridad del Estado de México.

Desde agosto de 2025, un perro callejero mestizo color café, hembra, se ha convertido en una curiosa celebridad urbana: el “perro gordo de Texcoco”. Su fama no proviene de un espectáculo, ni de un negocio, sino del afecto espontáneo de la comunidad y de usuarios de Internet que lo han elevado a icono digital.

El animal, que sigue viviendo en la calle pese a que locatarios del centro de Texcoco le proporcionan alimento, acumula más de 500 reseñas en Google Maps y una calificación de cinco estrellas, como si se tratara de un negocio. Visitantes de otras ciudades llegan a verlo, toman fotografías, crean TikToks y lo mencionan como parte de experiencias locales. Incluso se ha usado su imagen para promocionar aplicaciones de geolocalización, consolidando su estatus de microcelebridad urbana.

Lo llamativo del fenómeno es el contraste con la realidad social de Texcoco y del Estado de México: mientras este último lidera la lista de abandono de bebés en calles y enfrenta altos índices de violencia e inseguridad, un perro callejero recibe cariño masivo y atención mediática. Esto refleja un patrón interesante de la cultura digital contemporánea: los objetos de afecto emocionalmente seguros —en este caso un animal simpático— se vuelven puntos de cohesión social y entretenimiento, mientras que los problemas humanos graves suelen generar incomodidad o indefensión.

@rusiamx

Perro gordo de Texcoco

♬ Vecinos – Jorge Jurado & Sergio Jurado

El humor colectivo, las reseñas ficticias y la viralidad del perro funcionan como estrategias de resiliencia social. La comunidad, al crear historias, memes y contenido alrededor del perro, genera un espacio emocional seguro que permite enfrentar la adversidad cotidiana de manera ligera y compartida. El “perro gordo de Texcoco” no solo es viralidad: es una válvula de escape afectiva y simbólica que une a la comunidad en torno a un personaje urbano no humano, reflejando cómo las microcelebridades animales pueden convertirse en símbolos de pertenencia, ternura y resiliencia urbana.